Con su nuevo álbum «Something Beautiful», Miley Cyrus demuestra una vez más que no está aquí para dormirse en los laureles, sino para reinventarse a través de la música. En una época en la que la introspección suele quedar relegada al ajetreo de la cultura pop, Cyrus opta por moderar la intensidad y ofrecer una obra profundamente personal, casi confesional.
El álbum abre con «Prelude», una introducción atmosférica que sirve de puente entre las identidades musicales anteriores de Miley y su nueva dirección. Con acordes emotivos y una interpretación delicada, marca el tono de lo que sigue.
El tema principal, «Something Beautiful», viene justo después y eleva la emoción al máximo. En él, Cyrus habla de la necesidad de encontrar luz en la oscuridad, con letras que coquetean con la poesía y una interpretación que rompe su voz donde más la necesita. La canción sirve como eje central del álbum, tanto temática como sonoramente.
“End of the World” continúa con una trayectoria emocional similar, pero con un enfoque más dramático. Aquí, Miley no teme exponerse: la pérdida, la angustia y el miedo al fin se convierten en una canción de una balada moderna y poderosa.
En “More to Lose”, la cantante explora la fragilidad del amor. Es una de las canciones más tiernas del álbum, donde su voz está acompañada únicamente por un piano y algunas notas de cuerda. Es un recordatorio de que Miley Cyrus, tras las excentricidades del pasado, es sobre todo una excelente intérprete.
“Interlude 1” e “Interlude 2” funcionan como enlaces entre las secciones temáticas del álbum, con sonidos ambientales y extractos de sus notas de voz personales. Esta elección le da al conjunto una sensación de narración de diario.
“Easy Lover” es quizás la canción más pop del álbum, con un ritmo contundente y un estribillo pegadizo. A pesar de su enfoque ligeramente más comercial, la temática se mantiene oscura, ya que habla de la trampa de amar a alguien que no te conviene.
“Gold Burning Sun” destaca por su atmósfera psicodélica y su cálida producción. Evoca una época más inocente y romántica, con guitarras que fluyen como rayos de luz y Miley cantando con añoranza de algo perdido.

“Walk of Fame”, con Brittany Howard, es un dúo dinámico que aborda el lado superficial de la fama. Las dos mujeres alternan entre el soul y el rock, creando una canción que recuerda a la banda sonora de una película antigua.
“Pretend You’re God” es quizás la canción más aguda del álbum: un comentario social con ironía y sarcasmo, aderezado con ritmos electrónicos y una atmósfera industrial. Aquí Cyrus ataca la vanidad con su humor e ingenio característicos.
En “Every Girl You’ve Ever Loved”, la sorpresa proviene de la participación de Naomi Campbell. Aunque conocida principalmente por su carrera en el mundo de la moda, Campbell ofrece fragmentos de palabra hablada que hablan sobre la identidad femenina y las expectativas que pesan sobre ella. El resultado es una declaración audaz y feminista.
“Reborn” evoca la redención. Habla del poder de reiniciar, de aceptarse a uno mismo después de una caída. La canción se desarrolla musicalmente gradualmente, desde una melodía sencilla hasta un gran final, convirtiéndola en uno de los momentos más destacados del álbum.
El álbum cierra con “Give Me Love”, una oda a la simplicidad de la necesidad humana de amor. Con una instrumentación minimalista y una actuación conmovedora, Miley Cyrus nos deja con su deseo más sincero: no de fama ni poder, sino de amor.
“Something Beautiful” es su trabajo más maduro y multifacético hasta la fecha. Miley Cyrus no busca impresionar, simplemente busca comunicar. Y lo hace de una manera profundamente humana, musicalmente diversa y emocionalmente directa. Un álbum que, como su título sugiere, es verdaderamente hermoso.