El pontífice cuenta cómo fue su infancia y adolescencia. También narra un naufragio y la muerte de dos jóvenes que marcaron su vida. Además, habla de la vocación, la pasión por el fútbol y una anécdota con Borges.
“Esperanza”, la autobiografía del papa Francisco escrita junto al periodista Carlo Musso, fue publicada este martes en Italia y, más adelante, será editada en otros 80 países.
Los periódicos italianos publicaron algunos extractos del texto, que cuenta la infancia y adolescencia de Jorge Bergoglio .
“La vida de mi familia ha conocido muchas penurias, sufrimientos, lágrimas, pero, incluso en los momentos más duros, experimentamos que, con una sonrisa, una carcajada, pudimos arrancarnos la energía necesaria para retomar el camino”, dice Francisco en el libro.
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“Desde mi segundo año hasta que cumplió los 21, residí siempre en el número 531 de la calle Membrillar. Una casa de una sola planta, con tres dormitorios, el de mis padres y los dos que compartíamos los hermanos, un baño, una cocina con comedor, un comedor más formal y una terraza. Esa casa y esa calle fueron, para mí, las raíces de Buenos Aires y de la Argentina toda”, asegura.
Al referirse a sus raíces migrantes, evoca: “No sé cuántas veces he oído la historia de aquel barco que llevaba el nombre de la hija del rey Víctor Manuel III, la princesa Mafalda. Esa historia se contaba en familia. La contaban en el barrio”.
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“La cantaban en las canciones populares de los emigrantes, de un lado a otro del océano. Mis abuelos y su único hijo, Mario, el joven que sería mi padre, habían comprado el pasaje para esa larga travesía en ese barco que zarpó del puerto de Génova, el 11 de octubre de 1927, rumbo a Buenos Aires”, añade.