Por Graciela Scarlatto

Erizo Ediciones. 95 páginas

Como lo marca su título, la infancia es el tema de este libro de cuentos, la infancia vivida, recordada, sufrida o añorada. Con prosa medida y concisa, la autora, Graciela Scarlatto, mendocina de origen, insinúa situaciones siniestras, crea climas tensos o abúlicos, sugiere conflictos inmediatos o futuros.

Sus protagonistas son niños retratados en un tiempo pasado, como los de “Caballitos al trote” o “Lagartija”, o son adultos que, pese a su edad, parecen estancados en aquella etapa infantil, por inmaduros o dependientes.

Los primeros poco comprenden las preocupaciones de sus mayores y el entorno, a veces violento, en el que transcurren. Los segundos, como en “Goteras” o “Las cosas bonitas y los seres de este mundo”, han crecido pero siguen enlazados o atrapados en vínculos familiares que los abruman y los desgastan.

En casi todos los relatos la trama tiene menos relevancia que las situaciones y las atmósferas, por más tenues que sean. Un epígrafe de Alice Munro que abre el libro y alguna mención explícita de Chéjov revelan los modelos narrativos a los que aspira Scarlatto. Siempre lo sugerido se impone a lo evidente.

Una excepción notable en esa estrategia es “Querida familia”, en el que el funeral de un tío sume a la protagonista, una mujer ya adulta, en un torbellino de emociones, cuyo remoto origen el lector irá descubriendo gradualmente hasta llegar a una revelación demasiado chocante frente a esa previa contención literaria.

Se trata de un desliz que no empaña el conjunto ni la apuesta general de esta narradora que también es poetisa, traductora y editora, además de profesora en talleres y clínicas de narrativa. Otras obras suyas publicadas con anterioridad han sido los poemarios Ciclo Lectivo (2004) y Clepsidras en la lluvia (2021), y la novela Vaselina (2021).