La autora analizó en detalle el estilo de vida y la información genética del rey del rock.

El 16 de agosto de 1977 una noticia paralizó al mundo: “Murió Elvis”. Los canales de televisión y las radios de los Estados Unidos cambiaron su programación para transmitir cada detalle. Los fans no lo podían creer. El rey del rock no volvería a tocar. Tenía 42 años.

La causa de la muerte sigue siendo un misterio. Los médicos, en aquel momento, sin brindar mucha información, dijeron que se trató de un paro cardíaco. Se lo relacionó con el abuso de medicamentos y de drogas. El último tiempo no había sido muy bueno para el cantante. Muchos lo veían como una caricatura grotesca de lo que había sido. Había aumentado de peso y le costaba mucho terminar los shows. Había días, durante la gira, que le costaba levantarse de la cama.

Ginger Alden, pareja del cantante, lo encontró desplomado en el baño de la mansión de Graceland. “Lo golpeé un par de veces y creía que respiraba. Era todo sangre, pero yo no podía moverme. No quería pensar que estaba muerto”, describió en su libro. Fue trasladado de emergencia al hospital, pero fue tarde.

A casi 44 años de su muerte, la periodista e historiadora Sally Hoedel publicó una nueva biografía en la que afirma que la estrella murió porque tenía “malos genes”. En su libro “Elvis: destined to die young” (“Elvis: destinado a morir joven”), la autora considera que los problemas de Presley, más allá de los excesos a los que tiende la fama, podrían haber partido de sus abuelos maternos, que eran hermanos.

También señaló que muchos miembros de la familia por parte de su madre -que murió a los 46 años- tuvieron un período similar de cuatro años de salud degenerativa según afirmó la biógrafa la biógrafa a través del medio británico especializado en música NME. A su vez destacó que la estrella de la música sufría enfermedades en nueve de los once sistemas corporales y que parte de su organismo estaba dañado desde el momento en que nació.

“Elvis era un hombre enfermo que escondía gran parte de su debilidad para llenar las salas de conciertos y mantener a su familia. Al examinar sus defectos y problemas de salud, tal vez podamos comenzar a ver su humanidad nuevamente “, dijo Hoedel al diario The Observer.

“Elvis es visto como menos o más que humano, como una imagen, y ha sido reducido a este tipo de rock and roll que murió en su baño por tomar demasiadas pastillas”, agregó. La periodista piensa que Presley no era un drogadicto como la historia lo mostró, si no más bien que buscaba escapar de la realidad; alguien que luchaba por sobrevivir después de vivir en la pobreza extrema.

“Se ve como una de destrucción, pero es una lucha de supervivencia, a través de la pobreza y, luego, de los problemas de salud. Fue difícil ser Elvis, nadie había tenido una fama como esa antes, y nadie podía hacerlo por él. Trataba de funcionar dentro de su realidad”, destacó.

La autora busca cambiar la imagen distorsionada que tiene la sociedad sobre la figura icónica. “Cambió nuestro universo culturalmente como nadie lo había hecho antes y merece ser tratado como una figura histórica, como Henry Ford o Thomas Edison”.

Fuente: Interproducciones